Turismo en Asturias y Santander

En nuestro recorrido por el norte este verano también hubo algunos días de descanso, aunque solo lo justo.

Subimos a los lagos de Covadonga, aunque en esta época no dejan subir con vehículo propio a partir de cierta hora, por lo que cogimos el autobús que nos llevo hasta el centro de visitantes que tienen allí montado. Para variar no vimos apenas nada de los lagos por culpa de la niebla, que por lo visto es lo más normal en la zona, es cosa de suerte ir allí y tener un día despejado.

Lagos de Covadonga
Lagos de Covadonga

Al final la niebla se despejo unos momentos y pudimos ver el lago Enol antes de bajar. Poca cosa la verdad, nos esperábamos más, quizá este bien para el turista habitual, pero tras estar en ibones y lagos de montaña mucho mayores no nos pareció para tanto el lugar, quizá con mejor tiempo y desde un punto de vista menos turístico sea otra cosa.

Después bajamos al santuario de Covadonga, estaba todo lleno de católicos, dimos una vuelta haciendo alguna foto a la arquitectura del lugar y nos comimos el bocata.

Santuario de Covadonga
Santuario de Covadonga

Otro de los días quedamos en Llanes con unos amigos de Valencia que estaban por allí esos días. Es una población de costa, en la que se encuentran los famosos Cubos de la Memoria en el puerto. Dimos una vuelta por la fortificación junto a los acantilados para después adentrarnos en el casco antiguo viendo las murallas medievales.

Cubos de la memoria en Llanes
Cubos de la memoria en Llanes

Después nos acercamos a Buelna un pequeño pueblo pegado a la carretera nacional, pero lo que buscábamos eran los bufones. Se trata de unas formaciones en la roca, esculpidas por el agua durante los temporales que azotan toda la zona de costa del mar Cantábrico. El lugar impresiona bastante, ya que llegan a formarse playas como la de Cobijeru tierra adentro tras los acantilados, todo a base del agua que ha ido esculpiendo y erosionando la zona dejando cuevas, túneles, arcos, puentes en la roca.

Acantilados en el mar Cantabrico
Acantilados en el mar Cantabrico

El fin de semana, tras no ver el Urriellu por la niebla, nos fuimos a casa de mi primo en Santander, donde ya estuve hace un par de años. Además de ver un poco la ciudad, la zona de la bahía, el casco antiguo, etc.. nos acercamos a la parte este de la bahía de Santander, recorriendo zona de acantilados junto a la playa de Langre, viendo el mar allí abajo con las formas que va creando con el paso de los siglos en la roca.

Panoramica playa Sardinero
Panoramica playa Sardinero

Al atardecer nos dirigimos hacia uno de mis objetivos para fotografiar desde hacia tiempo, la playa de la Arnia, a media hora de Santander capital. Es una playa rocosa y de acantilados, llena de curiosas formaciones donde se pueden ver las estrías que han ido saliendo en la roca, las paredes sueltas y aisladas como si hubieran demolido parte de la montaña, resumiendo un lugar con muchas posibilidades para la fotografía por la gran variedad de composiciones y encuadres que se pueden buscar. Esto junto a un buen atardecer es lo que hace que sea un lugar conocido por grandes fotógrafos de costas. Nada más llegar me sentí un poco abrumado por el juego que daba el lugar y el poco tiempo disponible, es un lugar para ir en muchas ocasiones y estudiar cada rincón, cada encuadre, cada composición. Las fotos no le hacen justicia, espero que a la próxima pueda sacarle mayor provecho.

Playa de la Arnia
Playa de la Arnia

El día siguiente lo pasamos en Cabezón de la Sal, ya que se celebraba el día de Cantabria con una feria y exhibiciones de bailes tradicionales de toda la región. Fue totalmente diferente a lo que solemos hacer, conocimos gente y tradiciones que nos pillan algo lejos.

Bailes tradicionales cantabros
Bailes tradicionales cantabros

Después al atardecer aunque estaba algo nublado, nos acercamos a otro lugar donde realizar fotografía de costa, la conocida playa de Liencres, muy conocida también en el mundo del surf. La puesta de sol no acompaño mucho y el lugar no daba tanto juego, el tipo de fotos son diferentes, aunque también habrá que volver en otra ocasión sin duda ya que apenas vimos un par de rincones de toda la playa.

Playa de Liencres
Playa de Liencres

Playa de Liencres

El día siguiente abandonamos Cantabria para adentrarnos en Pirineos, hacia el valle de Benasque, aunque la previsión meteorológica no auguraba muchas alegrías íbamos a ver que nos dejaba hacer.

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