Terminando ya nuestro periplo por la zona de Picos de Europa, era nuestra última oportunidad para ver de cerca el Urriellu (Naranjo de Bulnes), aunque el día no lo pintaba muy bien el parte meteorológico decidimos lanzarnos.
Ya que teníamos el tiempo justo para subir, bajar y recoger el camping, avanzamos todo lo posible por pista forestal con el coche hasta donde suele aparcar casi todo el mundo, en la zona del collado de Pandebamo desde donde empezamos la subida andando en lugar de comenzarla desde el pueblo de Sotres.
La senda de subida al principio es la típica senda de vacas, con profundos surcos que a veces se van mezclando. Este nombre es por la erosión que producen las vacas que suben a los pastos en zonas más altas. Es curioso, hay que ir con ojo ya que se forman zanjas de bastantes centímetros de profundidad donde poder dejarse los tobillos en un mal paso.
Poco más arriba las vacas ya no abundan, ahora son las cabras que inundan los lados del camino, donde pastan tranquilamente mientras te observan con curiosidad.
La subida sigue suavemente mientras se ven los paisajes de la zona y se pasa por una casa junto a la senda donde parece que viven unos abuelos todo el año cuidando de algunas vacas, cabras y gallinas, con tan solo un panel de energía solar y vendiendo autentico queso de cabrales, aislados del mundo a excepción de la senda que sube al refugio Vega de Urriellu. Es curioso ver todavía hoy en día esta forma de vida tan dura.
La subida sigue sin pérdida ninguna, cruzándote con gente que baja de hacer travesías o del refugio, al mismo tiempo que somos bastantes los que vamos subiendo y adelantándonos de vez en cuando. Poco a poco la vegetación era cada vez menor y la cantidad de niebla iba en aumento, signo inequívoco de que íbamos ganando altura.
Tras una zona bastante escarpada y entre pedregales en algún momento se dejo ver la figura del pico, al menos en parte, y yo melón de mi pensaba que no valía la pena echar la foto ahora que casi no se ve, que mejor luego desde arriba más despejado y más de cerca.
Cuando llegamos arriba y con el refugio a 100 metros según el GPS, todavía no se veía nada, ni el refugio ni el Picu ni nada. La niebla era espesísima y al fin vimos el refugio estando ya a menos de 50m. Cansados y con frio por la humedad comimos enfrente del refugio mirando hacia el Naranjo, a ver si había suerte y despejaba en algún momento para poder ver el Urriellu de cerca.
Al final nada, estaba muy cogido el día y hasta el día siguiente no daban esperanzas de que se despejara. Las fotos de rigor y un vistazo a las instalaciones del refugio para volver por el camino andado hasta el coche.
Una verdadera lástima, no haber visto esa magnífica mole de roca desde su misma base, centro neurálgico de la escalada en España, pero como se suele decir en estos casos… ya tenemos motivo para volver y eso no se va del sitio. A la próxima será para alguna travesía durmiendo por allí arriba ya que desde Vega de Urriellu salen numerosas rutas hacia cumbres de Picos de Europa.
