Con el otoño ya bien entrado e incluso sin llegar a ser festivo ni puente nos subimos a Pirineos un fin de semana, concretamente al Valle de Ordesa, parque nacional donde los haya, perfecto para disfrutar de todo el colorido del otoño que estaba llegando a su fin.
Hicimos el recorrido normal y corriente que hace todo el mundo sin coger ninguna variante, dejando el coche en el parking de la pradera empezamos a caminar sin coger ni el desvío hacia la senda de cazadores, ni hacia cotatuero. En principio la idea era llegar hasta el circo de Soaso y por allí subir a la senda de los cazadores y volver hasta la pradera.
Íbamos 2 fotógrafos, por lo que las paradas para fotografiar paisajes, detalles del otoño, en el interior del bosque, cascadas, ríos, etc.. eran continuas. Eso nos fue retrasando bastante sobre el horario previsto y a mediodía ya vimos claro que no volveríamos por la senda de los cazadores.
Seguimos el recorrido con las paradas y las fotos hasta llegar ya bastante tarde la Cola de Caballo al fondo del valle de Ordesa. Cuando nos dimos cuenta empezamos a volver apretando el paso haciendo ya solo unas paradas mínimas para alguna foto más.
Al final se nos hizo de noche, ya que en esta época del año el día dura muchísimo menos. Llegamos al parking prácticamente a oscuras y cansados tras tantas horas en danza, andando, parando, etc..
Al día siguiente antes de volvernos a mediodía hacia Valencia, volvimos a la zona cercana al parking para hacer algunas fotos más tranquilamente y con menos peso encima hasta que recogimos y emprendimos el viaje de vuelta a casa.
Un magnifico fin de semana, combinando senderismo con salida fotografíca por uno de los parajes más vellos que tenemos en España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es esplendido en cualquier época del año.