Una de las últimas rutas de senderismo veraniego que hicimos este año. Salimos desde el parking del área recreativa «Los Charcos» pero no entramos por allí directamente (cobran 2€ por persona solo para entrar a ver los charcos) si no por un camino que empieza a subir por la parte izquierda entre algunos chalets. Esto nos hace pasar por encima de la zona recreativa, donde hay paelleros, zonas para hacer fuego, aseos, fregaderos, fuentes, etc..
Poco después se deja el camino para coger el sendero PRV-203 por el que nos vamos adentrando en este paraje del cauce del rio Grande. Vamos pasando una zona de pinadas y bosque que va abriéndose para ver charcas y pequeñas lagunas en el cauce del río. Seguimos por este cruzándolo en algunos tramos y poco a poco se va cerrando el barranco dejándonos un paisaje de roca esculpida por al agua, bastante escarpado en algunos tramos y más abierto en otros siempre con abundante vegetación.
Llegamos a un punto donde se encuentra el poste de señalización para salir del barranco y comenzar una fuerte subida hacia la derecha. Es la subida al llamado Abrigo de Voro, unas cuevas donde se pueden encontrar en muy buen estado de conservación pinturas rupestres de hace unos 10000 años. Están protegidas del vandalismo por unas verjas metálicas pero aun así se ven perfectamente pinturas de cazadores y animales en la pared.
Descansamos allí un rato y en lugar de seguir la senda marcada hacia arriba para seguir haciendo el sendero marcado como circular volvimos hacia abajo por donde subimos. Volviendo algunos del grupo se bañaron en un estrecho y poco profundo meandro del río para sofocar el calor que todavía apretaba a finales de septiembre. Seguimos recorriendo el sendero a la inversa donde llegando casi a la zona del área de recreo hay una señal que indica por donde bajar al río, la seguimos y llegamos a la zona más alta de los Charcos de Quesa, donde algunos ya tienen más profundidad y permiten nadar un poco. Allí algunos nadaron un rato, otros nos tumbamos al sol y dejamos pasar el rato.
Seguimos bajando por la zona de los Charcos, cada vez más grandes y con alguna pequeña cascada de agua para llegar hasta el área de recreo donde teníamos los coches.
Una ruta muy bonita y sencilla que vale la pena hacer, sobre todo en los meses de verano que apetece darse un chapuzón, siempre y cuando tenga bastante agua el rio. Lo de pagar 2€ por pasar a ver charcos es totalmente innecesario, ya que se puede llegar igual por la parte de atrás o incluso metiéndose por alguna otra zona más alta. Sí que me parece bien que lo hagan con quienes vayan a pasar allí el día y usen las instalaciones para acampar, cocinar, etc.. pero no por el simple hecho de ver un paraje que es de todos.