Junto con sus monumentos más famosos, lo que más encanta de Sevilla son las calles y plazas de su núcleo histórico: simplemente pasear en esta zona de la ciudad, admirando las antiguas casas y sus patios andaluces, es uno de los principales atractivos para quien visita la ciudad. Pero algunas de estas casas son mucho más: auténticos tesoros de historia y belleza en el corazón de la ciudad.
La Casa de Pilatos es un ejemplo. Ubicada en la Plaza del mismo nombre, su construcción empezó en el año 1483, aunque se remontan al siglo XVI las transformaciones que convirtieron este palacio en un ejemplo único de encuentro entre el mudéjar español y el renacentismo italiano. Esta característica peculiar se debe principalmente a Fadrique Enríquez, quien había viajado por Italia quedando impresionado del arte renacentista, y quiso trasladar a la Casa de Pilatos lo que había admirado en las ciudades italianas, combinándolo con el estilo mudéjar típico de los palacios sevillanos. La Casa de Pilatos es tan emblemática que se considera el “tamiz por el que las nuevas formas y gustos del Renacimiento penetran en Sevilla”. El Palacio de los Adelantados Mayores de Andalucía (nombre oficial del palacio) consta de diferentes ambientes y estancias, entre los que destacan el magnífico patio central, caracterizado por una peculiar diversidad estilística; el Jardín Grande, que originalmente era una huerta, trasformada profundamente por el arquitecto Benvenuto Tornello; el Jardín Chico, el Gabinete de Pilatos y la Capilla de la Flagelación. La Casa de Pilatos cuenta con una ubicación estratégica en el centro histórico de Sevilla, a diez minutos andando de la Catedral. Quien quiera conocer el palacio puede visitarlo en los horarios de apertura al público (todos los días de la semana, de 10 a 18 horas) o también en otros momentos, ya que existe la posibilidad de organizar visitas privadas guiadas, con un historiador del arte.
Otra impresionante Casa Palacio es la de la Condesa de Lebrija, ubicada en Calle Cuna. Lo más destacado de esta casa, que data del siglo XVI, son los mosaicos romanos de los pavimentos en la planta baja del edificio. De hecho, las impresionantes colecciones arqueológicas que se pueden contemplar en la casa reflejan la pasión por el arte y la arqueología que caracterizó la Condesa de Lebrija, quien adquirió el palacio en 1901, lo restauró y lo utilizó para conservar sus colecciones. En la “casa-palacio mejor pavimentada de Europa”, se conservan mosaicos de la época romana, en gran parte procedentes de Itálica y de los olivares de Santiponce. El más famoso es el del dios Pan, que procede de un olivar ubicado cerca del anfiteatro de Itálica, donde fue encontrado en el año 1914. El Palacio de la Condesa Lebrija se puede visitar todos los días (de lunes a viernes de 10.30 a 19.30 horas, los sábados y los domingos de 10 a 14 horas).
Entre las Casas Palacio más interesantes de la ciudad cabe mencionar también la Casa de Salinas, del siglo XVI, y la Casa de los Pinelo. Esta última se encuentra en Calle Abades y actualmente es sede de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. En muchos casos, es posible organizar eventos especiales en las casas palacio más prestigiosas, por ejemplo en la Casa de Salinas o la Casa de los Pilato, sin olvidar que, para quien desee vivir la atmósfera especial del casco antiguo, Sevilla cuenta con una amplia oferta de alojamientos en típicas casas con patio (esta web tiene algunas).